Jesús a través de Juan 20111218 El foco de vuestra intención está donde ponéis la atención
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diciembre 18, 2011
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Esperar expectantes, como estáis haciendo, es importante, porque significa que os estáis enfocando en vuestra intención de despertar en vuestro estado natural y plenamente consciente. El foco de vuestra intención está donde ponéis la atención, y eso es lo que hace realidad vuestros deseos. Para hacer algo tenéis que poner vuestra atención en ello, y vosotros queréis despertar. Sin embargo, muchos se distraen con los crecientes estreses que les presenta la ilusión en su vida diaria, y olvidan que necesitan seguir repitiendo su intención de despertar. Si no sigues repitiendo tu intención ésta cambia, que es parte de la peculiaridad de la ilusión. Sois conscientes de esto en vuestra vida diaria, y muchos hacéis listas de lo que hacer para ayudaros a que se hagan las cosas que consideráis importantes. Bien, vuestra intención de despertar tiene que ponerse en lo más alto de la lista, y no al final, donde todo se olvida con demasiada facilidad.
Una lista de lo que hay que hacer puede ser muy útil, pero a menudo hay demasiado en ella, produciendo una sensación de agobio que puede llevar a su abandono y dejarlo para otro momento. Luego llega el auto-juicio negativo y la gente puede forzarse a hacerlo a regañadientes. La forma de conseguir que se hagan las cosas es eliminando el estrés y la ansiedad sobre lo que no se ha hecho –eliminando los “debería” y los “si hubiera”– y permitiendose hacerlas intuitivamente cuando, sin razón aparente, el momento parece el correcto. Para ser conscientes de vuestra guía intuitiva tenéis que tomaros un respiro, cuando os relajáis en silencio sin ninguna distracción externa –compañeros, niños, socios, teléfono, TV, ordenador– y si llenar vuestra mente con pensamientos de cosas que tienen que hacerse, de preocupaciones o demás problemas. Se producirán pensamientos, pero no os impliquéis en ellos… sólo dejadles pasar, y a medida que vuestra mente se aquiete y se pacifique haréis espacio dentro de ella para que vuestra intuición os ofrezca su amorosa guía, y lo hará.
La intuición es un gran talento que cada uno de vosotros tenéis. Muchos no sois conscientes de ella, o no podéis creer que la tengáis, y otros limitan su uso a sólo unas pocas áreas de su vida. Sin embargo, puede y debe desarrollarse para siempre seáis conscientes de su guía fluyendo gentil y espontáneamente dentro de vosotros, para que vuestros pensamientos, palabras y actos sean dirigidos sabia y compasivamente en cada momento. Lleva tiempo desarrollarla, pero cuando dediquéis tiempo a este propósito con regularidad encontraréis que vuestros niveles de estrés y ansiedad disminuyen, para ser reemplazados por una sensación de pacífica confianza.
Cuando la sensación de pacífica confianza llene vuestra mente con regularidad, encontraréis mucho más fácil tratar con los asuntos y problemas que os presenta la vida en la ilusión. Podréis atender a vuestros deberes y tareas con ecuanimidad, y el estrés y la tensión que las palabras y los actos de otros puedan llevar os causarán mucho menos desconcierto. De hecho, cada aspecto de vuestra vida será más equilibrado, más estable, casi sereno, porque aceptáis lo que pasa en cada momento, con el conocimiento de que tenéis todos los talentos y habilidades necesarios para desenvolveros en el flujo de la vida.
Como resultado de vuestro crecimiento espiritual, que ocurre cuando desarrolláis y aprendéis a usar vuestra intuición, otros os buscarán, porque vuestro campo de energía se ha hecho calmado, tolerante y acogedor. Por lo que afectará a sus campos de energía, alentándoles a relajarse en la seguridad que proporciona, y luego también empezarán a experimentar la sensación de paz y confianza que demostráis y compartís con todos con los que os encontráis. Estos encuentros para compartir paz se incrementarán y multiplicarán, porque son parte del plan divino para asistir a la humanidad en su despertar, serán una parte vital y esencial de la tarea en la que estáis envueltos mientras se aproxima ese momento maravilloso.
Vuestro amoroso hermano, Jesús.
Traducción: PEC
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