lunes, 26 de diciembre de 2011

Jesus en Español 20111225 No hay razones para que se acaben las Fiestas de Navidad

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diciembre 25, 2011
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Jesus en Español  20111225 No hay razones para que se acaben las Fiestas de Navidad

El Amor de Dios por Sus hijos es total y sin condiciones de ningún tipo.

Desechad cualquier creencia que podáis tener que sugiera que sólo los buenos son amados, porque Dios no discrimina –nadie es detestable ni antipático.

Incluso los que la humanidad juzga como asesinos en masa, criminales de guerra, o culpables de cualquier crimen horrendo son hijos de Dios y son amados infinitamente.

La Navidad es un momento para reunirse, compartir amor y clemencia, y nadie debería ser excluido de vuestros amorosos pensamientos. Los que juzgaríais como indignos e inaceptables son muy queridos por Dios.

Dentro de su amargura y odio yace un profundo sentido de auto-aversión que sólo el amor y el perdón pueden curar –¡y se curarán!– así que cuando penséis en ellos, enviadles amor y clemencia, sabiendo que recibirán esas energías curativas para ayudarles a lo largo de su camino hacia el despertar.

Como bien sabéis, amar y perdonar a los demás es también hacerlo a uno mismo, y es enormemente curativo para vosotros. Todo el mundo que experimenta la vida en la ilusión tiene necesidad de curación, y la clemencia amorosa compartida indiscriminadamente es la forma más poderosa y efectiva de llevar a todos al despertar.

Cuando juzgáis a otros con dureza o amargura os dañáis a vosotros mismos, y a veces gravemente. En la ilusión nunca podéis saber de verdad lo que está empujando o motivando a otro, pero os aseguro que la cantidad de dolor y sufrimiento que un hijo de Dios infringe a otro está directamente relacionado con su propio sufrimiento y auto-aversión internos, el único remedio para esto es el amor incondicional.

Todos los que experimentan la vida en la ilusión han hecho algo en algún momento de lo que se avergüenzan, han hecho o dicho algo que desearían no haber hecho, o incluso han infligido dolor a otro en un momento de auto-rectitud que les convencía de que estaba perfectamente justificado.

Pero infligir dolor a otro nunca puede estar justificado, y muy dentro de vosotros todos lo sabéis, por lo que los que claman que sus acciones estaban justificadas al infligir dolor lo están negando, y necesitan amor para que les ayude a reconocer esa negación y perdonarse a si mismos por sus actos.

La gente que aparentemente se aprovecha de sus puestos como líderes –de países, de autoridades legales o policiales, de religiones, de corporaciones, de escuelas, de hecho de cualquier puesto de autoridad– para infligir dolor y sufrimiento a otros están sufriendo ellos mismos intensamente, y utilizando sus posiciones para escapar de ello protegiéndolo.

Eso no funciona, porque su dolor y su negación de ello sólo se intensifica. El camino destructivo que están siguiendo tiene realmente como objetivo la auto-destrucción, lo que es imposible, porque todos somos seres eternos e inmortales.

Tratarlos como ellos han tratado a otros sólo agrava la situación. Lo que necesitan son cuidados amorosos intensivos que les permitan sanar, y con frecuencia no experimentan esto hasta después de que sus cuerpos han yacido en la muerte física.

Incluso entonces, puede que no están preparados para aceptar los cuidados intensivos que se les ofrece amorosamente, y puede que elijan permanecer en la negación.

Sin embargo, todo el que está en tal estado de tristeza y pérdida encontrará más tarde que el dolor es tan interminable que abandonan su negación y comienzan el doloroso proceso de atender a sus problemas, reconociendo su comportamiento irracional, y aprendiendo a perdonarse para que puedan abrir su corazón al Amor de su Padre, sanarse, y despertar.

Así pues, en estas Fiestas Navideñas, abrazad con entusiasmo el Campo de Amor divino que os envuelve. Compartidlo, propagadlo, y procurad que todo el mundo sin excepción sienta sus efectos.

Todos sois amados, todos despertaréis, y vuestro propósito para que esto ocurra, demostrado por el amor que enviáis a los que parecen haberse comportado de la manera más extremadamente horrible, acelerará vuestro progreso hacia ese glorioso acontecimiento que tenéis asegurado.

Este es el periodo del amor. Propagadlo, compartidlo, mantenedlo –porque se necesita– y daos cuenta de que no hay razones para que se acabe. El amor, como todos vosotros, es para siempre.

Vuestro amoroso hermano, Jesús.

Traducción: PEC

WebSite: http://despertando.me/?p=31577

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